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Me siento muy orgulloso de presentaros este artículo sobre Nietzsche por tratarse de uno de mis autores favoritos junto con una temática que me fascina, el coaching.

 

Juraría que a este autor lo conoce todo el mundo, pero también creo que menos gente conoce la profundidad y trascendencia de sus ideas.

Nietzsche se adentró en la filosofía a través del estudio de la filología clásica y fue catedrático en la universidad de Basilea (Suiza).

Tiene un pensamiento propio que invade y desborda, muy centrado en rebatir la filosofía occidental. Filosofa a martillazos y cuestiona con razón y fundamento a los griegos a partir de Sócrates y su racionalismo y a otros muchos autores como Kant y su ética, Darwin y su adaptacionismo, auténticos colosos-gigantes de la historia del pensamiento europeo; y es que su pensamiento es transgresor y genuino es un game changer, un disruptor.

Voy a tratar a continuación alguno de los temas que han tenido repercusión hasta nuestros días y en concreto voy a tratar de explicar cómo su gran visión es parte fundamental de la filosofía del coaching.

No es la moral la que hace al hombre en cuanto hombre, si no que es el hombre el que hace la moral

Debido a su protagonismo en su pensamiento y su repercusión en la totalidad de su obra, conviene hablar de la moral en Nietzsche, ya que es el nuevo fundamento, donde se produce una revisión de ideas y creencias previas, incuestionables y aceptadas como dogma durante siglos. Kant, por ejemplo, decía sucintamente que la moral es única y universal, la misma para todos. Nietzsche acusa a los filósofos de aceptar esta cuestión con reverencia y sumisión y afirma que la moral forma parte inseparable de la cultura, de los diferentes pueblos y sociedades del planeta, lo cual es bastante obvio para nuestros ojos, pero era una idea muy disruptora en su época.

Tanto Nietzsche como el coaching se buscan y hablan de esa plenitud en la vida, en contra del conformismo con lo que nos viene dado o con lo que está establecido.

Nietzsche nos dice que no es la moral la que hace al hombre, si no que es el hombre el que hace la moral. Una auténtica revolución Copernicana sobre la idea de moral de Kant que implica devolver al hombre su protagonismo absoluto como individuo creador de realidades, entre ellas la de la moral. De hecho, a partir de este punto propone romper con la tradición que nos es dada y asumir nuevos valores.

Lo que nos constituye como humanos es la capacidad de elección. Y como en el coaching, la capacidad para hacernos responsables y para buscar soluciones. Tanto Nietzsche como el coaching se buscan y hablan de esa plenitud en la vida, en contra del conformismo con lo que nos viene dado o con lo que está establecido.

Frente al dogmatismo Kantiano, propone hacer de la moral un problema sometiéndola a un análisis que nos muestre una luz distinta y renovadora. Su teoría está en las antípodas de creer que el alma humana pertenece a un mundo celestial, sino que como Darwin comprende al ser humano como un animal más.

Los filósofos racionalistas (metafísicos) señalan a las pasiones, los impulsos, los instintos, como obstáculos en la búsqueda desinteresada de la verdad. Para Nietzsche este modelo dualista e idealista del ser humano es un anacronismo. Según él, es preferible buscar un método que nos permita conocer qué son las pasiones, cómo funcionan y cómo podemos encauzarlas para hacer un buen uso de ellas aprovechando su enorme fuerza positiva y creativa.

En lugar de ignorarlas o de combatirlas como la parte animal indigna del ser humano, propone estudiarlas, conocerlas y trascenderlas, es decir: sublimarlas y espiritualizarlas para convertirlas en funciones o fuerzas que dirijan la creatividad hacia determinadas metas positivas.

Las pasiones buscan la libertad de voluntad justo allí donde cada una de ellas está más sólidamente atada: es como si el gusano de seda buscase la libertad de su querer… justamente en su tejer. Esto viene de que cada uno se siente más libre allí donde su sentimiento de vida es mayor, a veces en la pasión, otras en el deber. El individuo humano considera de manera espontánea que lo que lo hace fuerte y aquello en que se siente vivificado debe ser siempre también el elemento de su libertad. (Nietzsche)

En el coaching buscamos la autorrealización personal y profesional a través de la búsqueda de la responsabilidad, aprendiendo a mirar los problemas desde otra perspectiva, haciéndonos conscientes del proceso de toma de decisiones, pasando a la acción. En definitiva, haciéndonos protagonistas de todo el proceso.

La filosofía de Nietzsche tiene un vitalismo arrebatador en su concepción del ser humano. Para él lo esencial en el proceso vital, como para el Coaching, es precisamente la enorme fuerza configuradora que crea formas desde el interior y aprovecha y explota las circunstancias exteriores. Esta frase puede resumir y condesar las premisas del desarrollo personal. La de la toma de conciencia de nuestro enorme potencial y cómo él propone el devenir constante en llegar a ser quien nos propongamos, uniéndolo con la siempre mal interpretada idea del “superhombre”, en la que se propone la ruptura con los valores dados y establecidos y la creación de otros nuevos valores, más acordes con la persona y con sus deseos de realización.

Lo esencial en el proceso vital es precisamente la enorme fuerza configuradora que crea formas desde el interior y aprovecha y explota las circunstancias exteriores

Esta perspectiva psicológica dice que como observadores creamos realidades, la consciencia constituyente, y de aquí que Nietzsche venga a decir que no hay hechos, sino interpretaciones.

Desde Nietzsche se empezó́ a ver el mundo desde una perspectiva psicológica, no solo porque defiende la existencia de un principio de autorregulación interior, como poder propio de los seres vivos, frente al mero adaptacionismo Darwinista, sino porque habla del individuo como creador y modulador de realidades, de nuestra constante evolución y del devenir relacionado con la voluntad de poder. Nietzsche nos abre la puerta al camino del autoconocimiento y la autorrealización a través de su filosofía de vida.